Os he dicho que me encanta hacer pan?…creo que sí, que ya lo sabéis 😉
Es muy agradable el contacto con la masa, observar el «milagro» de los levados, el olor de la casa cuando se hornea..son sensaciones muy placenteras y liberadora de tensiones.
Al principio tendréis algunos «fracasillos» porque no es fácil pero, poco a poco, con sólo tocar la masa ..sabreís si necesita más harina, más líquido….entonces empezaréis a disfrutar y ya no podréis parar..
Esta receta la he tomado prestada a «Meritxell», sirve tanto para pan de molde como para panecillos. Desde que la descubrí, en su blog, la he repetido varias veces. He hecho 3 panes de molde y, esta vez, moldeando panecillos y debo deciros que SIEMPRE ha quedado deliciosa, así que os la aconsejo 100%.
Si tenéis panificadora podéis usar el programa de amasado y levados y luego le dáis la forma que más os guste. Sale un pan de molde tan grande como los que solemos comprar envasado ó 10 panecillos de 100 grs. cada uno (son grandotes, así que podéis hacerlo de menos gramos, eso va en gustos, pero tendréis que ajustar el tiempo de horno).
Ingredientes:
300 c.c. de leche (yo semidesnatada)
15 c.c. de aceite (yo de girasol)
1 huevo
550 grs. de harina (yo he necesitado un poco más)
10 grs. de sal fina
1 cucharadita colmada de miel (esto es para que se mantengan blandos durante más tiempo)
1 sobre de levadura de panadería
Pipas de calabaza, semillas de sésamo tostado (esto ha sido opción mía)
Leche para pintar los panes
Instrucciones:
Si usamos la panificadora pondremos, en la cubeta, primero los líquidos, encima la harina y, sobre ella, la sal y levadura en esquinas opuestas y sin que se toquen entre ellas.
Ajustaremos el programa de amasado y levados.
Sacamos la masa sobre una superficie enharinada, desgasificamos y comprobamos que la masa no se pegue a las manos y sea tierna, suave y lisa. Para conseguir este punto le iremos añadiendo más harina poquito a poco y amasando cada vez.
Formamos los panecillos ó pan de molde, dejamos levar de nuevo y hornearemos según el moldeado.
Si es sin panificadora pondremos los ingredientes, de la misma manera en un bol, y amasaremos primero con cuchara de madera y luego sobre la mesa enharinada, hacemos una bola y ponemos en un bol.
Dejamos levar tapado hasta que doble su volumen.
Desgasificamos, formamos los panecillos y colocamos sobre una bandeja de horno forrada de papel.
Yo he pesado la masa y he formado 10 panecillos del mismo peso, he puesto sólo 5 por bandeja porque aumentan bastante de volumen.
Dejamos levar de nuevo.
Precalentamos el horno a 220 grados.
Pintamos los panecillos con leche y les espolvoreamos las semillas.
Horneamos durante unos 15 minutos.
Dejamos enfriar sobre rejilla.
Mirad qué miga más estupenda:
Si decidimos hacer el pan de molde, cuando desgasifiquemos, formaremos un rulo del tamaño del molde elegido.
Forraremos el molde con papel de horno y pondremos el rulo.
Dejamos levar, pintamos con leche, espolvoreamos las semillas y hornearemos durante 45 minutos. Vigilamos a mitad de cocción para evitar que se queme la superficie.
Retiramos, desmoldamos y, en caliente,, envolvemos en un paño limpio (esto es para que la corteza se ablande y quede igual que el envasado) y así envuelto colocamos sobre rejilla hasta que enfríe.
Si lo dejamos reposar envuelto, en la parte baja del frigo hasta el día siguiente, tomará cuerpo y podremos cortar rebanadas si que se rompan y congelarlas, separadas unas de otras con film, así tendremos siempre pan de molde a punto. Es una delicia, nada que ver con el envasado.